Y, ¿por qué no?. Las pequeñas reinvenciones o revoluciones pueden, o quizá deben, suceder periódicamente. Igual que periódicamente se revisan pilas de papeles acumulados, armarios u otras cosas tangibles. Hay pequeños movimientos a lo largo de la vida que, como esas metafóricas alas de una mariposa, desencadenan otra serie de circunstancias. A veces esas alas se baten despacio, de forma inapreciable, hasta que al final la mariposa, el mundo, efectivamente se mueve. Otras veces, la mariposa directamente rompe las alas que tiene y resurge de una mágica crisálida nueva creada en una milésima de segundo. Cualquier revolución diaria mueve el engranaje. Cualquiera.
"Que puedes llamarme soñador, el tiempo dirá si tu o yo"
(Mi Revolución, Estirpe)
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