Escalofríos ajenos

"Por una aristocracia arrabalera..." (El Gordo Triste, Roberto Goyeneche)

Hay historias en las que uno no participa directamente pero si como, quizá, único oyente del narrador e interlocutor de la emoción que produjeron. Efemérides ajenas. Y es entonces, cuando una voz, una cadencia de adjetivos musicales encadenados, trae un recuerdo de un espacio y tiempo concreto, de otro mundo, de, literalmente, otra vida y, en ese segundo, parece que todas esas vivencias ajenas hubieran calado tan hondo que pudieras sentirlas como propias. Incluso parece que puedas recordar escenas que no viviste, las palabras que tantas veces escuchaste en diferido cobran tridimensionalidad y puedes incluso respirar el mismo aire que fluía en ese recuerdo que, se supone, no es tuyo. Entonces recuerdas que. en un momento muy concreto, intentaste fusionarte con el aire, con la existencia, separarte de lo material para regresar... y piensas que quizás en ese momento todo aquello que no servía es lo que se fue en el regreso ajeno que nunca volvió a la vida y que lo que quedó en ti es lo que "quedaba por vivir" y los recuerdos acumulados, las experiencias de otra vida junto con las tuyas que compartían la misma frecuencia de resonancia. Quizás sea por eso que los recuerdos ajenos despiertan sensaciones tan reales, como si realmente ese intercambio de existencias hubiera existido. Como si hubiera sido una pieza fundamental en la cadena de eventos que te traen hasta aquí. Como si la mitad prescindible de tu vida es la que hubiera muerto y hubieras ganado otra mitad ajena. Otra oportunidad para ti y para ese mundo ajeno pero propio. La oportunidad de tomar el otro camino que esa existencia ajena abandonó por construir el tuyo. 

Si no ves la televisión a duras penas sabes que es Navidad. 

Multiplicando iniciales || Paralelismos históricos.

"Look on down from the bridge

it's still raining up here

[...] I can't be the same thing to you now

[...] I'm still waiting for you"

(Look On Down From The Bridge, Mazzy Star)

Escalofríos rojos, intensos, en trazos negros sincronizados con la frecuencia de un universo irrepetible sobre un lienzo resbaladizo, fundiéndose y respirando el horizonte palpable... anteriores y posteriores a la disgregación existencial... propios. Míos.